El modelo nacional y tanguero

Vi dos películas argentinas. Fantasma de Buenos Aires y El Ultimo Aplauso. Ficción y documental. Ambas de inscricpión tanguera. Aquella desde la lejana década de 1910 salta a la vida contemporánea. La otra recorre los años que, parece, no han cambiado las referencias de ser porteño. Vayamos por partes.
El Fantasma... - opera prima de Guillermo Grillo (pronúnciese Grilo) - es la sexta película producida integramente por la FUC. Guillo (pronúnciese Guiyo), se esforzó durante años para llegar a su largo y, con mucho trabajo personal, lo logró. Por lo que se ve estoy ajeno a la ponderación objetiva. La historia de un personaje que salta en el tiempo es un (sub?) género cinematorgráfico. En este caso un malevo con todas las letras del arquetipo es traicionado y su alma, en pena, recorre los lustros para instalarse en el interior de un joven moderno, lindo y un poco tonto. La metamorfosis del muchacho es sólo de circunstancia - tocar la cola de señoras entradas en edades tardías, ganar la pelea a un rival que pretende a su querida - y también es útil para confrontar un Buenos Aires orillero con las costumbres posmodernas. Quizás sea esta última la parte más lograda. Las inserciones de guapo Ventarrón, el verdadero, y su perplejidad ante un mundo incomprensible producen verdaderas explosiones de risa . Los otros aspectos acompañan esta línea de fuga que no termina de hegemonizar la historia. Hay momentos de excelente montaje (Guillo es montajista), especialmente en los primeros tramos del filme y la historia fluye sólida en su ingenua claridad. Algunos desvíos, muy especialmente en el tramo final, nos conducen hacia una zona sentimental que no engarza con el tono general del relato. Una peli de generación intermedia, que cuenta un cuento. Raro, no?
El Último Aplauso es un documental cuyo mayor valor es contribuir al patrimonio cultural de esta ciudad. El registro de una historia de desconocidos cantores que desaparecieron con el lugar que los albergaba artísticamente, el Bar El Chino, y su recuperación a través de una especie de docudrama como seres vivos y expresivos logra trasmitir una emoción engarzada a las cosas simples. Hay momentos de dudosa inscripción (ética, diría Godard). Los límites entre lo privado y lo publicable o puestas en escena de momentos que se pretenden espontáneos no alcanzan para disminuir los logros de la película.

Viennale. Reporte.

by Verushka, enviada especial de Cineflia a Austria.
Breve reseña opinada de algunas películas de la muestra.

Guy and Madeleine on a Park Bench.
Damien Chazelle. EEUU. 2009.
Una ópera prima, sin lugar a dudas. Y como opera primera, la película está despierta, viva, con mucha sustancia. Hay sensibilidad en su blanco y negro, en sus parques, y en lo que le pasa a sus los personajes. Ahora bien, aún cuando puede verse -y sobre todo sentirse- que por debajo tiene alma y carne, el guión no tiene tanto cuerpo, y es ahí donde la película cae, deja poco a poco de interesar, en sus repeticiones, en su búsqueda que no encuentra tanto más que lo que fue presentado en un principio. De todos modos, hay aquí alta sensibilidad. Fue introducida como una de las preferidas de la Viennale, con aplausos y el director de invitado, un casi niño evidentemente muy talentoso, y muy conectado con la música, uno de los grandes fuertes de la película; de hecho trabajó guión y música juntos, y eso se nota en cada acorde y en cada plano.

Edward II.
Derek Jarman. Inglaterra 1991.
Sus películas son siempre cuadros o, más bien, el movimiento de las cosas y personajes que hay ocultos en los cuadros. Shakespeare como...¿excusa? No parece. Todo en la peli es esencia a la vez que excusa. Jarman sinfonía. Sinfonía gay. A los besos todos los muchachos. Y la eternamente andrógina Tilda Swilton, venida directamente de Urano, que encaja perfecto en ese rompecabezas clásico y moderno que se va armando. No es para verla somnoliento. Pero, si se es amante de Shakespeare y sus adaptaciones, hay que verla, pues es un trabajo notable.

Fisshu Sutori.
Nakamura Yoshihiro. Japón. 2009.
Delirante película japonesa que parece que va a ir a parar a ningún lado, y que al final te la cierran con moño. Moño delirante, sí, pero ajustado, que va armando una lógica propia, simpática, arbitraria y juguetona. Los guionistas tenían dos o tres obsesiones de muy diferente índole (y de aparente diferente lenguaje), y se pusieron a jugar con ellas, entrelazándolas en una historia como quisieron, como les salió, o como se les dio la gana. Salió bien el intento. Dejó de ser un intento y pasó a ser una película que, a mi entender, supera la definición de "experimento cinematogràfico". Más que suficiente.

Adventureland.
Greg Mottola,USA. 2008.
Me encantan estas películas: reír, llorar, sentirse identificado, y -sobre todo- recordar... Banda de sonido retro mal no apta para gente que no haya vivido en los ochenta, y para los que sí, una fiesta. Personajes freaks y no tanto, algunos patéticamente deliciosos, otros "anormalmente adaptados". Un parque de diversiones donde transcurre la adolescencia de varios, con tristezas, alegrías y amores de puberes que no saben ni pueden eludir el dolor de pegar el estirón. Un encanto. Lástima el final, para mi gusto debería haber sido un poco más amargo. Es como si al director lo hubieran agarrado los grandes distribuidores y le hubieran dicho, Greg, hacé lo que quieras y hacelo como quieras, pero danos el final que el pueblo americano quiere, no nos dejes mal, ni a nosotros, ni al público, que con lo que te pedimos la gente va a ir más al cine y va pagar más gustosa la entrada... Una lástima. No es grave. Sabemos: Todo no se puede.

The informant.
StevenSoderbergh. EEUU. 2009.
Tengo un problema personal con Soderbergh. Después de Sexo, Mentiras... no vi tanto, pero tampoco tuve ganas. Y en Viena decidí darle una chance al juicio para combatir al prejuicio. Me equivoqué. Nunca más una de Soderbergh, no me entra nada...

Lola.
Brillante Mendoza. Filipinas. 2009.
No sé tan bien de qué se trataba. Más allá de saber que había dos ancianas tailandesas, que tenían nietos con y en problemas entre sí, y que se inundaba todo y que había una comisaría, y que había un asesinato y que... lo que soñé en la butaca mejor no lo cuento, estaba demasiado fatigada para andar viendo llover sobre ojos rasgados. Igual, no hay que darme bola, estaba cansada, y además parece que el director está medio de moda, y de modas y esas otras cosas yo de veras nunca no entiendo nada.

Bad Lieutenant.
Abel Ferrara. EEUU. 1992.
Qué agregar sobre lo dicho, sería llover sobre mojado. Jesucristo, dale, perdonalo. ¿Cuántas veces habrá que proyectarla hasta que Jesus lo perdone? Después de todo lo que hizo Harvey, habrá que pasarla por lo menos unas cuantas veces más para que nuestro señor pueda disculparlo. Bien ahí por verla en pantalla grande.



TWO LOVERS

Modelo de excelencia profesional - un guión que no deja de recurrir a las fórmulas clásicas de una historia a ser contada; actuaciones de convicente perfil; fotografía y ambientación adecuadas al máximo - Two Lovers (lamentablemente traducida como Los Amantes, una falta de respeto para Les amants, 1958, Louis Malle) logra una curiosa eficacia entre los que asisten a la sala. Cabalgando sobre la mil veces enunciada guerra entre el deseo y el deber, entre la pasión y la segura cossa, entre la supercalentura - esa intensidad inaudita de lo efímero - y la acaramelada obligación de ser uno más entre millones de iguales, la película ofrece varios bonus tracks. El casting sobresale por su inscripción en los límites del lugar común sin cruzar la frontera. Hay una casi perfecta elección de los arquetipos, principales y secundarios, la trama inquieta a través de una emoción contenida - hasta antes del final - y, vamos al grano, ¿quién no tuvo momentos de mandar todo al carajo impulsado por vaya a saber qué maldita energía de enamorarse absolutamente de un otro/a, que parece haber sido enviado por Adonai y Lilith de común acuerdo, para entorpecer el normal y previsible desarrollo de la vida? Y esto es lo que le pasa al protagonista - un notable Joaquin Phoenix - puesto en el lugar de elegir entre una irresistible rubia remoderna - Gwyneth Paltrow en versión ardiente con una suave dosis de perversa ingenuidad - y una castaña que no deja de tener lo suyo - cuidada y contenida composición de Vinessa Shaw - sabiendo que una parte de su yo está para saltar el abismo y otra se inclina por mantener el peso de un mandato secular: crear una familia a imagen y semejanza de lo que se da en llamar matrimonio. Hay que agregar que pasa en NY, que la familia de origen (y destino) es de raigambre judía y que hay escenas de un contenido erotismo bien dosificadas en el desarrollo de la historia. Y sí, no es difícil metamorfosearse con alguien como Joaquin. Eficacia pura que muestra ciertas grietas leves: la historia del boga que deja a su familia es difícilmente creíble (había que construir un final de alguna manera y fue lo único que nos convenció aunque con dudas, afirmarían los guionistas profesionales), la enunciación de una enfermedad que desaparece en el segundo acto, una renuncia de difícil elección para atenuar el dolor de la herida narcisistica del personaje. Brillante la escena, en su timing y la resolución visual, donde Joaco la espera a la Paltrow para irse al Edén californiano. La presencia milagrosa de Isabella Rosellini en el papael de... Madre!! sorprende por el paso del tiempo. La confrontación de dos historias familiares emparentadas por su origen pero de resultados económicos y sociales opuestos (uno mantiene a duras penas la supervivencia con un negocio demodée mientras que el otro construyó una segura inserción en la burguesía con su expansión comercial) y la presencia del East Side River como purificador natural de destinos sin retorno acompañan como contexto a este drama de amor. O sea, durante cien minutos nos involucramos, nos sentimos espiados, por una trama que contiene nuestro desequilibrio como seres amantes y amados o todo lo contrario.
La película logra tejer, alrededor del interior de cada espectador, una dosis suficiente de felicidad y pena, de frustración y esperanza, que como todos sabemos es como si contara nuestra propia historia.

La familia pequeña pequeña

Francia, de Adrián Caetano.

No todos los cineastas exhiben que tienen cuentas pendientes con su historia. Los profesionales, imagino, dejan sus asuntos personales cuando entran al set y despliegan Avatares de diversas magnitudes decidiendo la posición de la cámara imaginando cómo ese cuadrito será convertido en la post digital. (O no. Quizás no tienen la más puta idea). Pero sus temas vinculados al alcohol, el pánico, la calentura fugaz, el metejón de juventud, el almuerzo en lo de los viejos, quedan clausurados mientras cumplen con singular eficacia su función dentro del mecanismo de producción. Sería injusto olvidar a los que mostraron parte de su asolescencia (Lucas for instance) y despegan hacia el Planeta Jedi o, con mayor sutileza, disfrazan sus desventuras cotidianas (Allen) y las transforman en maduras reflexiones sobre la vida y la parca (y siguen las firmas...). Sin llegar a esos extremos mi querido Israel Adrián Caetano parece haber desviado su mirada habitual. Ya no es el mundo observado, exterior, el que se juega en su película sino algo que tiene que ver con su abultada historia personal, con su reflejo interior. Y eso, muchachos, tiene sus riesgos... Sin dejar de demostrar, digámoslo: en algunos pasajes, su pertenencia a lo que podríamos denominar "animal del cine", Caetano presenta un cuadro de la pequeña pequeña clase media que no escatima esfuerzos sacrificando deseos para encontrar un lugar en el mundo, local claro. La puesta en escena es curiosamente teatral (sería injusto decir televisiva) con escenas y diálogos, aproximaciones a la interioridad de los personajes (a veces producen cierta picazón), un par de lugares comunes (la burguesía derrocha champán al pedo) y una historia de amor conflictivo que no termina de pasar. Muy a pesar de tales rasgos la peli trasmite una piadosa mirada sobre los hombres, mujeres y niña que circulan por la pantalla. Hay como una búsqueda de respuestas sobre el porqué nos toca lo que nos tocó, qué grado de certeza tiene cada uno de nuestros actos titubeantes o si el paisaje de paredes desangeladas, psicopedagogas mala onda y ejecutivos abandónicos, tiene sentido ser soportado. Tiene sentido, parecen decir los escritos, de curiosa inserción textual, que arañan sin alcanzar una altura que asemeja a poesía. Hay otros asuntos palpitantes: la actuación de Milagros, su hija, produce una cierta tensión en cada plano, incomoda. El inconnue Lautaro Delgado cumple con un porcentaje el papel de alter ego del autor con una diferencia basal: no hay violencia en su mirada. En cuanto a Naty Oreiro nadie le cree que con ese glamour, tan natural como fascinante, pueda estar lavando vajilla en el departamenteo de Barrio Norte. Y sin embargo, componen una familia que da pie a la sensibilidad por el otro, al reencuentro con raíces originarias en la experiencia de lo que fue, de aquellos que parecen ser devorados por zonas de la modernidad. El final... creo que es importante hacer crecer la Educaión Pública aunque suene un poco inverosímil. Pero de eso no sé una goma...
Espero la próxima de Adrián. Seguro que con la deuda ya, parcialmente, saldada reparecerá la fibra del gran cineasta que es.

Died young, stay pretty - Rock de pósters

Ayer a la tarde llegué inesperadable a la Perla del Plata para asistir al 24° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Desde entonces he visto tres películas, así que las reviews vienen atrasadas pero en cadena. Para darle un orden lógico y arbitrario, lo haremos cronológicamente.

La primera película que vi se llama, previsiblemente, Died young, stay pretty, como un tema de Blondie. Está dirigida y producida por una norteamericana de nombre Eileen Yaghoobian. Esta muchacha (porque no dudo que tiene menos de 35 años) decidió colgarse la cámara al hombre y retratar la película que a ella misma le hubiera gustado ver - un documental freak.

En mi opinión el término freak, tiene una connotación tan amplia como específica. Algo o alguien es freak cuando está apasionado por cuestiones inútiles pero extremadamente fascinantes al detalle. Si se cuenta con suficiente tiempo al pedo, uno puede incluso volverse profesional: qué decir, sino, de los gamertesters, ese trabajo tan increíble como divertido que consiste en probar e intentar crackear juegos para consola antes de que salgan al mercado.

Los freaks abundan en rubros, tamaños y colores. Puede fascinarse con libros, comics, videojuegos, películas, revistas... y por los posters de rock.

Died young, stay pretty es un retrato cotidiano de los artistas y diseñadores gráficos que crean los gigposters - afiches promocionando las fechas de las bandas de rock. El submundo del diseño under de Seattle, Boston y North Carolina (entre otros) es un tugurio de freaks que idolatran las revistas de la década del 50', las imprentas manuales con sellos de plomo y el rock. Las entrevistas son cotidianas y locales, visitando los talleres de los diseñadores, las imprentas y los bares donde tocan las bandas cuando pasan por esa ciudad. El sonido es ambiental, crudo, poco editado. Resulta un poco molesto, pero es parte del trato. La película fue hecha con mínimo presupuesto, y la cámara en la mano de la directora.

Sin embargo, a mí siempre me resulta interesante oír hablar a los yanquis que tienen otra cosa para decir, y no sólo escupir las repeticiones del american way of life 2.0. Estos tipos (porque la mayoría es masculina) pertenecen a la clase media-baja norteamericana. Muchos discursos anti-Bush, mucha política presente y pasada - el arte de retratar al rock en un poster es violento contra todo. Obviamente también se escuchan quejas sobre la decadencia del rock, la falta de innovación y otro montón de cosas así que se escuchan desde que el rock comenzó a decaer (1973 más o menos, según Lester Bangs).

Pero más allá de todo (la baja calidad audiovisual, el discurso fragmentado, etc) la película brilla por la mejor cosa que tiene: los posters. La verdad es que este documental puede sobrevivir al olvido como un tremendo archivo audiovisual de una colección de increíbles posters de rock. Afortunadamente, los freaks siempre saben cómo juntarse, y el documental pasa el chivo de GigPosters.com, un sitio dedicado a archivar todos los posters lanzados desde el lanzamiento de la página, y de donde saqué las imágenes que ilustran estas letras. Muy recomendable, sobre todo para freaks como yo.

Bienvenue chez les Ch'tis

Debo admitir que no he visto ninguna de todas las comedias francesas que se estrenaron en los últimos años (ahora sólo recuerdo Placard, pero debe haber alguna otra), a pesar de su éxito y sus buenas críticas. Caí un miércoles temprano a los Hoyt's del Abasto con tres amigos y ganas de reirme un rato para ver Bienvenidos al país de la locura, el título de una nueva comedia francesa que parecía prometer. Y cumplir.

Bienvenue chez les Ch'tis cuenta una historia simple pero efectiva de franceses provincianos. Decir que es una película muy francesa puede malinterpretarse, pero es un riesgo que quiero correr. No me refiero a un cliché parisino y putón con acordeones, mimos y boinas, sino a lo mismo que decimos cuando decimos que Nueve Reinas es una película muy argentina: el lenguaje, las referencias históricas y geográficas, las tradiciones culturales son muy locales. En eso se basa todo el chiste de la película, y hay que prestar un poco de atención.

El film transcurre en una zona del Norte de Francia, cerca de la frontera con Bélgica, cuyos habitantes hablan shmi'ti - un dialecto francés que cambia la S por la SH, la A por la O ("Coco-Coló" para la famosa gaseosa gringa), y demás barrabasadas. Algo así como el cordobés, pero mucho más inentendible. Esto hace que a la película haya que escucharla, y no sólo leerle los subtítulos. Las confusiones semánticas que produce la pronunciación de los shmi'ti son recurrentes y de un humor muy simple, pero efectivísimo gracias a las grandes actuaciones. Se puede pensar que entonces para alguien que no cazza un fulbo de francés la película resulte un poco menos cómica, pero no es así. Mis acompañantes se rieron tanto como yo, y al menos uno de ellos no entiende una palabra de este idioma. Es de esas lindas películas que se nota lo mucho que el equipo de filmación se divirtió mientras la hacía.

Pequeñas quejas aparte: los dos estandartes estéticos de presentación de la película son un horror. Punto uno: una vez más, el Señor que Traduce los Títulos de las Películas ha vuelto a hacer de las suyas. ¡Qué título tan poco sugerente, qué poco marketing que tiene! Punto dos: el afiche publicitario argentino es sensiblemente más espantoso que el original. ¿Era necestario empeorarlo tanto?...

Conclusión: La película es realmente muy graciosa. De esas que hace rato que no veía, que me sacan carcajadas en medio del cine. Toda la sala se reía. La historia es simple y llevadera, así como su humor: nada muy sofisticado, solo comedia ligera y hasta tierna. Ideal para un día que necesite una dosis de risas sin pasteurizar.





Volver a abrazarte (Los abrazos rotos)

Desde un tiempo a esta parte, cada vez que Almodóvar estrena una película es una cita infaltable al cine. Mi generación, tan nativa de Internet, suele preferir efectos especiales desbordantes y explosiones de millones de dólares para que el precio de la entrada lo amerite, y relega este tipo de películas a la descarga pirata por uTorrent. Pero a mí a Pedro me gusta verlo así, en grande, con una pantalla enorme, para que todos sus colores, sus planos y sus actrices se vean lo más gigantes posibles. La experiencia debe estar a la altura de la película, porque Pedro se lo merece.

Hace ya un par de semanas que fui a ver Los abrazos rotos, su última obra, protagonizada por su nueva actriz fetiche, la divina, hermosa, preciosísima de Penélope Cruz, que cada día se ve más linda bajo el lente de Pedro. Lo primero que me llamó la atención fue el protagonista: en efecto, Almodóvar venía de una seguidilla de protagónicos femeninos, y de repente entrar en un mundo, no masculino, pero sí centrado en un hombre, fue, de mínima, sorprendente. Sobre todo porque Volver (su película anterior) no sólo tenía protagónicos femeninos, sino que sus dos o tres personajes masculinos prácticamente no tenían líneas. De modo que de entrada Pedro nos dijo que sigue siendo él, pero que cambiaba algo, que volvía un poco al aire de Hable con ella y que las mujeres son sus musas, pero que también puede jugar a que sean las musas de los hombres de sus películas.

Si bien no la sentí autobiográfica, Los abrazos rotos es esencialmente una película sobre cine, o sobre la pasión por cine - la pasión de un director que también es personaje. Un director resignado a guionista, una actriz resignada a su marido: infaltable la hermosa historia de amor. Pedro seguirá siendo quien es, y dirigiendo como dirige, mientras siga creyendo en el amor.

Una escena que me maravilló profundamente fue, justamente, en la que él y ella hacen el amor por primera vez. La toma decide girar al son del vals de los amantes, que rotan, giran, se besan y se mueven en una enredadera de miembros, con la cámara bailando al compás. Una sensación de mareos que identifican y conmueven al espectador, aunque no se dé cuenta por qué.

Las actuaciones, brillantes, sobre todo la princesa Penélope y la impresionante Blanca Portillo, a quien ya había admirado mucho en Volver por su papel como Agustina. Debo decir que Volver estuvo bastante en mi mente a lo largo de toda la película, y me robó sonrisas reconocer a muchos del casting (una viejita en la escalera, una lectora de labios) reeincidiendo en el placer que dicen que da trabajar con Almodóvar.

Y si bien debo admitir que quizás no esté en mi podio de favoritas a la hora de elegir Almodovars, creo que es una hermosa película. Y que, por supuesto, vale la pena verla en pantalla grande.



DISTRICT 9, PLAY IT AGAIN, SAM

Casi el paradigma del film moderno. Increíble realización, combinatoria de géneros en una escala compatible (aventuras, suspenso, romance, social), despliegue de un saber tecnológico que supera cualquier fantasía, gusto y regusto por el diseño dinámico de las criaturas, varios etcs. Lo que Mandarine expone no tiene una gota de desperdicio. Efectivamente las repercusiones en lo inmediato temporal y geográfico no tardan un segundo en hacerse carne. La marginación de inocentes, la condena del Otro Diferente aunque como Semejanza, el funcionamiento de un sistema que se pretende humano (van con planillas a desalojar a los langostos que pretenden sean firmadas por los expulsados) y que se revela violento (si no se acata la orden entran a funcionar armas de una increíble eficacia mortal) y demás condimentos no hacen sino enriquecer un relato vertiginoso, sorprendente y... Sin duda que abreva en nutrientes de la sci-fi - inocularse un genoma que va convirtiendo al humano en un alien, la omnipresencia de la nave sobre la ciudad cosmopolita, etc. - el género de acción, cada vez que está por ocurrir lo inevitable hay algo que modifica el rumbo - cortarse el brazo, atacar al monstruo y tenerlo vencido, quedar a merced del Malo Entre Los Malos sin escapatoria posible y otras variaciones sobre el tema - y por qué no en la comedia de enredos - el elegido para la misión no deja de tener reminiscencias de El héroe tonto ante el desafío extremo (Jerry Lewis, algún Woody, etc.). En general todo funciona perfectamente y hasta hay un plus, que me pareció de lo mejor de la peli: las entrevistas a los expertos en diversas áreas científicas. La caracterización de esos personajes, sus testimonios, bien podrían estar en la galería de los grandes logros del cine. Pero debo agregar que en el conjunto se nota la influencia de un modo narrativo que parece ser inviolable en el código de las producciones magnas. Se trata de una forma que pone al protagonsita como un ejemplo de buena conducta, con su mujer, su trabajo, su moral, que por más que finalmente se transforma en un asesino sin mirar a quién queda encuadrado en el órden del deber dictado desde la dramaturgia hollywoodense. Casi se podría decir que el desarrollo cumple con un 90% de eficiencia las fórmulas que todo drama debe tener según las reglas de los mandamientos de la industria americana y que su final de ambiguo desenlace es como una luz desde donde, quizás, se puedan esperar nuevas y muy eficaces historias para ser contadas.


Y dale con "El secreto..."

Los estertores del terromoto Campanelliano no dejan de producirse. Lo cierto que un ejemplar de millones - el plural está cercano - de espectadores como el que nos ocupa se da con muy escasa frecuencia y motivos para los comentarios no faltan. Se habla del encuentro de una sintonía de la subjetividad social y los contenidos de la película. Puede ser, como también que la multiplicidad de efectos que produce, de todo signo y color, no lleguen nunca a poder expresarse por completo. Pero más allá de las razones de tamaña presencia interesa volver sobre un tópico que considero valioso.
En algún post previo había comentado sobre mi preferencia por los relatos contextualizados. Y es en este punto donde me interesa rescatar un aspecto de la peli y, quizás, agregar algo al sentido del fenómeno. Campa, para los amigos, tiene el hábito de encuadrar sus historias en un marco más amplio que el del propio relato. En "El mismo amor, la misma lluvia" recorría distintos momentos del acontecer nacional para narrar la historia de una pareja. Aun cuando en las restantes no se hacía tanto énfasis sobre la"realidad" socio-política, en cada una se filtraban referencias que hacían ineludible la ubicación del drama en un espacio temporal y geográfico concreto. En eso las pelis aparecen muy "argentinas". En el caso de "El secreto..." se avanza sobre el tema de manera evidente. Los años de una democracia débil y la antesala sangrienta del infierno que significó la presidencia de María Estela - y no durante la dictadura militar como algunos pretenden ver - revelan una intencionalidad muy clara en el afán de filtrar definiciones sobre lo que pasa en este país. Que dicha contextualización opere directamente sobre los personajes de la historia imprime un carácter más definitvo a esta forma de vincular lo individual con lo colectivo. Que el secreatario corrupto tanto como el sádico asesino sean presentados como los representantes, político y de "acción directa", de la Triple A manipulada por el Brujo y responsable de asesinatos a mansalva, cubiertos con el manto de la plena impunidad, de personas de lucidez ideológica y militantes de increíble valor, pone las cosas en un terreno peligroso. Algo así como que descorre el velo de "lo que no se habla". No recuerdo en ninguna peli del estilo, las llamadas "comerciales", que se haya tratado con tanta eficacia la directa relación entre la política y la represión, entre la impunidad y el poder político. No es un dato menor. Hay que agregar una caracterización precisa en lo que se muestra al correr la cortina de un juzgado, con sus miserias y sonrisas, o la multiplicidad de aristas en los diversos personajes secundarios para completar un panorama por demás alentador en la concepción y desarrollo de una idea totalizadora de éste, nuestro indefinible país. Ya con anterioridad expuse sobre ciertas debilidades que asoman a lo largo de las dos horas de proyección pero me parece justo marcar algunas de sus notables cualidades más allá del soberano plano secuencia que se inicia en la vista aérea de la cancha de Huracán.

Esto ya pasó, o la vida del vecino.


Esto ya pasó, de Anja Salomonowitz es un documental posible sólo porque existe la ficción. Su inversa, a la vez, sigue siendo válida: es representación apoyada literalmente en testimonios reales. Con todo, no es una película ubicada en la delgada y contemporánea línea que coquetea con las indefiniciones clasificatorias. Es una cosa y es la otra.

Áspera, se deja ver, pero molesta casi todo el tiempo por lo que nos está contando. Nos entretiene, sí, pero más que nada nos tira un baldazo frío de realidad del que no podemos escapar, a menos que seamos sordos, ciegos y mancos.

La trata de mujeres, cualquier tipo de maltrato, engaño y abuso, cualquiera sea la mujer, su profesión, su edad, su deseo de vida, es lo que la película retrata; y lo hace a través de escenarios y personajes posibles de la vida de estas mujeres, haciéndolos a ellos portadores de sus relatos, palabras documentales que cobran cuerpo y espacio por intermedio de un tercero en cuestión. Así, nos va presentando situaciones en el lugar de los hechos, cambiando la subjetividad de su lugar aparente, y poniendo en cuestión cuán activo puede llegar a ser el rol de alguien que no es el maltratado pero maltrata o permite maltratar. El uso de la primera persona es la clave del desbarajuste que termina reubicando no sólo a los personajes de la película, sino al propio espectador, que como mínimo se verá en la situación de repensar su propio rol en relación a lo que ve, sea lo que está pasando en la película o -más cerca- en la vida del vecino que transcurre silenciosa e indiferente a la vuelta de su casa.

Ubicada al margen de producciones esperables y digeribles, Esto ya pasó propone el sano ejercicio de prestar atención a algo que no es fácil de ver, pero que con prolija habilidad nos adentra en las vidas de seres que, no por no aparecer nunca en cámara, dejan de aparecer en la vida de cada uno, en la mía, en la tuya, en la nuestra, en la de cualquiera que tenga un mínimo espacio para dejarse permear y se atreva a escuchar.

Milagro Palermitano

Cómo definir la figura de un héroe mítico? Hay mucha bibliografía sobre el tema. Recomendables los libros de LAJOS EGRI sobre drama y relatos. En general el héroe viaja. Desde su invisible proclamación como tal hasta la consagración en el lugar de mayor privilegio en el cosmos. Pero para eso habrá de pasar por las más brutales exigencias, recorrer los pantanos más devoradores y reconquistar los triunfos definitvamente olvidados. Pues bien señores, el héroe mítico existe y se llama MARTIN PALERMO. Si alguien, alguna vez, se dedicara a relatar sus peripecias - algo que seguramente sucederá a corto plazo - será evidente que el Titán las atravesó todas: la Gloria, el Bochorno, la Anomia y el Resucitar. Pero en su identificación con el AVE FENIX se produjo durante una cruenta batalla entre los habitantes del Parnaso. Dioses Romanos y Deidades Nativas se preparon con mucha devoción para el encuentro Monumental. Los perversos seguidores de INTI el DIOS SOL, al ver que el Elegido, de claro aspecto latino e invasor, había finalmente entrado al campo de batalla desde el inicio del Segundo Tiempo, recurreiron a MAMA COCHA que, desde su morada en el TitiCaca, obligó a una rotura de tabique nasal que, aun no llegando a la crueldad planeada, dejó con evidentes signos de deterioro y sangre humana al recién renacido Luchador. Mareado, fuera del campo, asistido por ansiosos paramédicos, enviados por la malicosa VIRACOCHA que, según los pasquines con copyright en MACHU PICHULIN, ve en el Rubio Jugador un negativo exacto de su venerado PACHAMAC, regresa maltrecho hacia la gramilla en evidente estado de confusión. Tanta era ésta que sólo tuvo una, quizás dos dirá PARIACACA, Dios de las Tormentas, intervención con la Redonda siendo su estado schock una de las mayores ausencias en el Estadio. No fue suficiente para PARIACACA. Al minuto, nomás, instaló la mayor tormenta celeste de la que se hubiera tenido noticia en la PACHAMAMA. Y, como por arte del Brujo SUPAY, Dios de las Muertos, se instaló la Torpeza en el volátil Heinze, asistido por el Obleisco Schiavi, para dejar el camino regio a la recuperación incaica. GOOOOOL se repetían sin control COCO MAMA, la Diosa de la Felicidad y APO Dios de las Montañas. No se descarta la participación en el festejo de EL CHINO FUJIMORI junto a MARIO VARGAS LLOSA quienes, en un descuido, vaciaron el contenido del las vajillas incas nutridas de abundante pisco y sauer. El brevaje. que malicosamente había vertido HERMES el enviado de VENUS, tuvo el efecto de minimizar la omnipotente Influencia del REY SOL sobre los aguerridos luchadores INCAS. Fue el momento cuidadosamente planeado por los Dioses de la Bota Itálica, la ya mencionada VENUS, MERCURIO y demás herederos de la Gloria Helénica, que, observando desde el Olimpo la brutal caída de uno de sus elegidos del Pasado, el renacentista Diego Armando, se apiadaron de su Historia entregando una sabia conjunción de factores azarosos- tiros cruzados, rebotes aleatorios, desesperación de Insúas - en las indómitas extremidades del Rubio centroforward haciéndole un espacio que condujo a la milagrosa llegada del balón a la red.
Agregaron a semejante herejía un impulso en la mano del Árbitro Juez que depositó el Silbato en sus labios decretando el final de la Tragedia. Los Dioses Americanos pusieron el Grito en la Tierra y llamaron a sus HERMANOS CHARRUAS. Ellos habían logrado hacer la misma maniobra en las alturas de QUITO. Pero el también RUBIO FORLÄN había sido depositario de la GRACIA ORIENTAL y, con certeza, será el Verdugo de los Soberbios Blanquicelestes en el glorioso Centenario, El consejo del REINO ROMANO con sede en Palermo, Italia, fue convocado con urgencia por el mismísimo JUPITER. La Batalla Continua.

Marea de Arena II


Yo también fui a ver "Marea de Arena". Quisiera salir no en su defensa, sino en la búsqueda de otra lectura, lo cual tal vez enriquezca sus posibles miradas.

Debo decir que la película me fue entrando por goteo, de a poco, y pasada la mitad el interés que me había producido fue tal, que inclusive lograría extenderse más allá de las puertas del cine, dejándome pensativa sobre el tema que trata. No es poco. Este tema, en realidad, no es tan fácil de ser definido. Puede ser uno, pero probablemente puedan ser muchos. Yo agarré derecho por la existencia y posibles contradicciones de su personaje principal. No sólo la convicción de la actuación protagonista, sino también algo del espíritu íntimo del guión, me fueron llevando a la reflexión de cómo pueden convivir en una persona un asesino sentimental y un buen padre, tan lleno de amor e impotencia a la vez. El sólo hecho de que me haya resultado verosímil ese punto, le da a la película un mérito que amortigua sus deficiencias de realización, que tal vez no sean menores, pero que no alcanzan para empañar no sólo las buenas intenciones de un relato, sino tal vez una posición filosófica frente al mundo.

Debo decir sí que hay un punto en el que habría festejado que el guión se resolviera -literalmente- de otra manera. Justamente este punto de vista existencial y filosófico al que la película me traslada, me llevo a desear que, en vez de un descubrimiento de la verdad y un consecuente acto de venganza (inconsciente o no), los protagonistas hubieran podido terminar su vida, si bien no felices y contentos, al menos rearmándola más amorosamente, acorde a los deseos de su personaje principal. Este deseo personal surge de la íntima convicción de que en la vida la verdad muchas veces nunca salta, que convivimos con secretos y miserias en silencio, y a veces ese entretejido de confusiones y malos entendidos es lo que hace que encontremos algún respiro momentáneo de felicidad. En la película, el descubrimiento del hecho tuerce esta posibilidad narrativa, y conduce a la historia por otro sendero, desembocándola en un plano final que de todos modos está lleno de silencio y poesía. Otro final posible de la misma historia. Quién sabe, en la próxima será.

Poco tengo para decir de -o contradecir a- la opinión de de Cheme, la reconozco enteramente y no desdigo sus observaciones, sólo que por esas razones individuales y misteriosas, esta vuelta me situé en la otra punta del cine, vibrando otros armónicos posibles de un relato que busca la manera de ser contado, y que, con logros mayores o menores, no deja de conmocionar llegando a la ineludible cuestión de reconocernos como impotentemente monstruosos y amorosos a la vez.


Gustavo y Pedro

En orden cronológico desfilaron por la retina dos pelis. Marea de Arena del amigo Gus Pagés y Los abrazos Rotos del inefable Alomodóvar. Vayamos por partes. Reconozco que no es fácil ver la película de un hermano con quien compartimos momentos entrañables durante décadas. Mucho más en este caso donde la frecuencia sensible respecto de los 24 cuadros por segundo no sintoniza en la misma onda. Es cierto que causa emoción que un delirante y luchador como Gus logre materializar un proyecto cualquiera sea su envergadura. Hoy, que como objetivo me parece un esfuerzo titánico, valoro mucho que desde la intución de una idea se llegue a un puerto tan complejo como el 35mm impreso. Salvada la condición fraterna debo reconocer que no pude "entrar" en el relato. Hablé con Gus sobre el tema y el acordó, aunque también tuvo palabras que limpiaron el panorama. Quizás, la falta de antecedentes en el conflicto central - momentos de plena felicidad que podrían marcar el polo opuesto del vínculo amoroso - pudieron haber actuado como amortiguadores en mi viaje por la película. Me enteré que hizo toda una serie de rondas de construcción del guión con cineastas y guionistas y que alguno cercano, Martín, le manifestó su envidia por haber logrado un resultado como ese. Otra cosa interesante en el planteo que Gus es que muchas veces se le atribuye al guión problemas que son más de la realización que otra cosa. Coincido. Durante el rodaje es por demás complicado conservar la integridad de la obra ya que se está funcionando al detalle de cada plano. Claro que en el montaje eso se equilibra pero lo que no está, no está. O lo que está no satisface al director o... Personalmente tengo mis reservas de las obras no contenidas en un contexto mayor, aisladas. Me refiero a los temas de realización personal, que muchas veces, no tanto en este caso, no disimula un exceso autorreferencial. Hay algo, en este tipo de planteos - un hombre o una mujer cambia su contexto, se aleja, normalmente busca el mar, para encontrar algo que seguramente lo devolverá a un estadio más, cómo decirlo, existencial que la rutina, normalmente urbana, le impide conocer. Quizás. Pero los ejemplos de tales planteos no terminan de convercerme por más que ardientes pasiones o inspirados textos se sucedan. Me pareció un muy buen trabajo de DK en el protagónico. Hay una cautela en su composición que potencia la intensidad del personaje. Tuve que esforzarme en algunos clichés del verosimil (danzas orientales, joven científico, viejo lobo de mar). En fin. Algo para compartir en un estadio que no se pretende objetivo sino teñido del amoroso historial con un querido hermano por convicción.


En cuanto a Almodóvar escuché frecuentes quejas sobre su insistencia en el melodrama y las repeticiones en sus pelis. Es cierto. Lo que me pasó es que acepté el juego no sin cierta resistencia. Esa cosa donde l´amour fou es el motor fundante - no aparece demasiado en serio en un director de cine inventado por Pedro - de las acciones humanos me suena un poco demodée. Pero las imágenes, los puntos de vista, la convicción que parece respirar cada uno de los planos, así como cierta triste melancolía respecto de sí mismo, hace de ésta una peli amable y hasta graciosa. El brillo mayor está en la presencia de la Penélope. Cada fotograma que la muestra hace temblar la pantalla. Demás está decir que los momentos homenaje a "Mujeres al borde..." son para gozarlos como en las viejas épocas. Otra cosa: la frase final quedará registrada como una de las mejores boutardes del cine contemporáneo. Eso creo, bah.

District 9 y la gran metáfora


La semana pasada improvisamos una salida al cine con dos amigos urgidos por ver el trailer en la televisión. Yo venía con ganas de verla hacía rato, pero hacía falta un empujoncito para que se decidieran a acompañarme, así que ese trailer televisado vino como anillo al dedo.

Sector 9 (esta vez tradujeron bien el título!) arranca como un falso documental basado en imágenes de archivo y entrevistas a especialistas de diferentes disciplinas que nos cuentan la historia hasta el momento. Hace 20 años una nave nodriza extraterrestre quedó suspendida sobre, no Washington ni Manhattan, sino Johanessburgo, la capital de Sudáfrica. El gobierno de aquel entonces mandó una exploración a la misma, y encontró a los tripulantes desnutridos y hacinados en su interior. Deciden entonces trasladar a los aliens a una zona de emergencia para atenderlos, zona que con los años pasaría a ser un asentamiento como cualquier otro del tercer mundo, con la particularidad de que sus habitantes son de otro planeta.

La primera idea que salta es la metáfora evidente. La película está inspirada en la infancia del director Neil Blomkamp, vivida durante los últimos años del appertheid (el ingreso de humanos al sector 9 está prohibido, la discriminación a los aliens instalada, etc). Sin embargo, mi asociación directa no fue con el proceso que vivió Sudáfrica en esas épocas, sino con mi realidad latinoamericana cotidiana. Algo parecido pasó con Slumdog Millionaire y Cidade de Deus: películas tercermundistas que alcanzan el mainstream mostrando su cruda realidad de villas miseria y favelas, realidad que a los norteamericanos les suena stranger than fiction. De hecho, Sector 9 fue filmada en un asentamiento de Johanesburgo, cuyos habitantes estaban siendo trasladados a uno nuevo mientras tanto.

Es difícil encasillarla en un sólo género. Ciencia ficción sería lo más apropiado, pero se queda chico. La película excede los límites, porque si bien tiene escenas de mucha acción (y soberbiamente animada en CGI), no es lo importante. Obviamente, todos queríamos ver a Wikus van De Merwe (Sharlto Copley) subido a un mecha alienígena y haciendo cagar fuego a los malditosmilitareshijosdeputa, y la película sastisface en ese aspecto. Mención especial merece el señor Sharlto Copley, cuyo personaje tiene toda la pinta de ser el pobre boludo que a los diez minutos un alien va a arrancarle la espina dorsal, y termina bancándosela contra todo humano y extraterrestre que se le ponga adelante. Cabe destacar también que se trata de la opera prima del director Neill Blomkamp. Cuentan los rumores que cuando Peter Jackson (productor) vio lo que este señor era capaz de hacer con la animación CGI, le regaló 30 millones de dólares para hacer la película que quisiera. Y así nació Sector 9.

En síntesis: se trata de una película muy recomendable, que deja pensando y a la vez se disfruta en su transcurso. Siempre me pone contenta cuando le va bien a una película que se lo merece, así que Sector 9 no me ha traído sino alegrías.

Lo que no puedo dejar de preguntarme es... ¿dejarán asistir a los aliens a los partidos del Mundial 2010?



DEBUT

Mis Queridos. Me alegra iniciar este modo de comunicar y todá ravá (muchas gracias) a Lu que se animó a concretar un viejo proyecto. Veremos que nos depara el devenir pero hay un espacio compartido más y eso es bienvenido.
Quiero comentar que acabamos de manducar con Her una colita rellena con papas al horno, ensalada mista y un poco de tortilla de papas que se inscriben dentro de la tradición casera. Uno de los temas, digamos la línea principal, giró alrededor de "El secreto de ..." en la que coincidimos en su visión crítica. Elogios y sospechas campearon en el verbo vertido sazonando la carne y los cartoflen. Dudoso epílogo, acertada caracterización de personajes, Francella include, momentos sorprendentes y sensiblerías de dudoso gusto, se manifestaron con sincronía. Satisfechos en cuerpo y alma quedamos en volver a encontrarnos en otra oportunidad.
Aporto que vi la última de Doris Dorée "Las flores del cerezo". Viaje al Japón mágico, últimos escalones en la vida y otros condimentos de dulce/amargo sabor se suceden en una trama en exceso prolongada y dando tributo a una obsesión por encontrar respuestas de imposibles. Vaya, por ahora, esta pequña contribución para iniciar un viaje que conduce a la cinemanía.
Anticipo que el próximo sábado, a eso de las 21 horas, se proyectará el documental del Teatro Colón en la casa de Jacinto. Los interesados podrán participar acompañados por hasta una persona... pronto daré la dirección del evento pero anticipo que es en la calle Gorriti casi esquina Malabia.
Un abrazo para todos, muy fuerte. Cheme. (El analfa digital).

Trailer

Este blog nace de una vieja idea. Tanto Padre como Sorellota y Fratello, además de quien escribe, somos amantes del séptimo arte que se ha dado a llamar cine.

Es tradición ya que en el almuerzo familiar de cada domingo, los cuatro hagamos un respaso por nuestras semanales visitas al cine. Cada uno comenta la(s) películas(s) que vio, qué le pareció, realiza críticas constructivas y de las otras. Como dije antes, este blog nace de una vieja idea. La de que todos estos intercambios cinéfilos y familiares queden registrados en algún lugar, y también se puedan compartir con quien le interese.

Es por eso que convoqué a mis hermanos y a mi padre a hacer este blog. Cada uno irá comentado sus visitas al cine, realizando sus críticas y enlazando con las ideas de los demás (en caso de que más de uno haya visto la misma). Es un pequeño proyecto familiar, al alcance de todo el mundo.

Mañana arrancaré yo misma con la película Distrito 9, la primera película sudafricana de ciencia ficción que veo.

Espero que mi familia se cope!...