Bienvenue chez les Ch'tis

Debo admitir que no he visto ninguna de todas las comedias francesas que se estrenaron en los últimos años (ahora sólo recuerdo Placard, pero debe haber alguna otra), a pesar de su éxito y sus buenas críticas. Caí un miércoles temprano a los Hoyt's del Abasto con tres amigos y ganas de reirme un rato para ver Bienvenidos al país de la locura, el título de una nueva comedia francesa que parecía prometer. Y cumplir.

Bienvenue chez les Ch'tis cuenta una historia simple pero efectiva de franceses provincianos. Decir que es una película muy francesa puede malinterpretarse, pero es un riesgo que quiero correr. No me refiero a un cliché parisino y putón con acordeones, mimos y boinas, sino a lo mismo que decimos cuando decimos que Nueve Reinas es una película muy argentina: el lenguaje, las referencias históricas y geográficas, las tradiciones culturales son muy locales. En eso se basa todo el chiste de la película, y hay que prestar un poco de atención.

El film transcurre en una zona del Norte de Francia, cerca de la frontera con Bélgica, cuyos habitantes hablan shmi'ti - un dialecto francés que cambia la S por la SH, la A por la O ("Coco-Coló" para la famosa gaseosa gringa), y demás barrabasadas. Algo así como el cordobés, pero mucho más inentendible. Esto hace que a la película haya que escucharla, y no sólo leerle los subtítulos. Las confusiones semánticas que produce la pronunciación de los shmi'ti son recurrentes y de un humor muy simple, pero efectivísimo gracias a las grandes actuaciones. Se puede pensar que entonces para alguien que no cazza un fulbo de francés la película resulte un poco menos cómica, pero no es así. Mis acompañantes se rieron tanto como yo, y al menos uno de ellos no entiende una palabra de este idioma. Es de esas lindas películas que se nota lo mucho que el equipo de filmación se divirtió mientras la hacía.

Pequeñas quejas aparte: los dos estandartes estéticos de presentación de la película son un horror. Punto uno: una vez más, el Señor que Traduce los Títulos de las Películas ha vuelto a hacer de las suyas. ¡Qué título tan poco sugerente, qué poco marketing que tiene! Punto dos: el afiche publicitario argentino es sensiblemente más espantoso que el original. ¿Era necestario empeorarlo tanto?...

Conclusión: La película es realmente muy graciosa. De esas que hace rato que no veía, que me sacan carcajadas en medio del cine. Toda la sala se reía. La historia es simple y llevadera, así como su humor: nada muy sofisticado, solo comedia ligera y hasta tierna. Ideal para un día que necesite una dosis de risas sin pasteurizar.





Volver a abrazarte (Los abrazos rotos)

Desde un tiempo a esta parte, cada vez que Almodóvar estrena una película es una cita infaltable al cine. Mi generación, tan nativa de Internet, suele preferir efectos especiales desbordantes y explosiones de millones de dólares para que el precio de la entrada lo amerite, y relega este tipo de películas a la descarga pirata por uTorrent. Pero a mí a Pedro me gusta verlo así, en grande, con una pantalla enorme, para que todos sus colores, sus planos y sus actrices se vean lo más gigantes posibles. La experiencia debe estar a la altura de la película, porque Pedro se lo merece.

Hace ya un par de semanas que fui a ver Los abrazos rotos, su última obra, protagonizada por su nueva actriz fetiche, la divina, hermosa, preciosísima de Penélope Cruz, que cada día se ve más linda bajo el lente de Pedro. Lo primero que me llamó la atención fue el protagonista: en efecto, Almodóvar venía de una seguidilla de protagónicos femeninos, y de repente entrar en un mundo, no masculino, pero sí centrado en un hombre, fue, de mínima, sorprendente. Sobre todo porque Volver (su película anterior) no sólo tenía protagónicos femeninos, sino que sus dos o tres personajes masculinos prácticamente no tenían líneas. De modo que de entrada Pedro nos dijo que sigue siendo él, pero que cambiaba algo, que volvía un poco al aire de Hable con ella y que las mujeres son sus musas, pero que también puede jugar a que sean las musas de los hombres de sus películas.

Si bien no la sentí autobiográfica, Los abrazos rotos es esencialmente una película sobre cine, o sobre la pasión por cine - la pasión de un director que también es personaje. Un director resignado a guionista, una actriz resignada a su marido: infaltable la hermosa historia de amor. Pedro seguirá siendo quien es, y dirigiendo como dirige, mientras siga creyendo en el amor.

Una escena que me maravilló profundamente fue, justamente, en la que él y ella hacen el amor por primera vez. La toma decide girar al son del vals de los amantes, que rotan, giran, se besan y se mueven en una enredadera de miembros, con la cámara bailando al compás. Una sensación de mareos que identifican y conmueven al espectador, aunque no se dé cuenta por qué.

Las actuaciones, brillantes, sobre todo la princesa Penélope y la impresionante Blanca Portillo, a quien ya había admirado mucho en Volver por su papel como Agustina. Debo decir que Volver estuvo bastante en mi mente a lo largo de toda la película, y me robó sonrisas reconocer a muchos del casting (una viejita en la escalera, una lectora de labios) reeincidiendo en el placer que dicen que da trabajar con Almodóvar.

Y si bien debo admitir que quizás no esté en mi podio de favoritas a la hora de elegir Almodovars, creo que es una hermosa película. Y que, por supuesto, vale la pena verla en pantalla grande.



DISTRICT 9, PLAY IT AGAIN, SAM

Casi el paradigma del film moderno. Increíble realización, combinatoria de géneros en una escala compatible (aventuras, suspenso, romance, social), despliegue de un saber tecnológico que supera cualquier fantasía, gusto y regusto por el diseño dinámico de las criaturas, varios etcs. Lo que Mandarine expone no tiene una gota de desperdicio. Efectivamente las repercusiones en lo inmediato temporal y geográfico no tardan un segundo en hacerse carne. La marginación de inocentes, la condena del Otro Diferente aunque como Semejanza, el funcionamiento de un sistema que se pretende humano (van con planillas a desalojar a los langostos que pretenden sean firmadas por los expulsados) y que se revela violento (si no se acata la orden entran a funcionar armas de una increíble eficacia mortal) y demás condimentos no hacen sino enriquecer un relato vertiginoso, sorprendente y... Sin duda que abreva en nutrientes de la sci-fi - inocularse un genoma que va convirtiendo al humano en un alien, la omnipresencia de la nave sobre la ciudad cosmopolita, etc. - el género de acción, cada vez que está por ocurrir lo inevitable hay algo que modifica el rumbo - cortarse el brazo, atacar al monstruo y tenerlo vencido, quedar a merced del Malo Entre Los Malos sin escapatoria posible y otras variaciones sobre el tema - y por qué no en la comedia de enredos - el elegido para la misión no deja de tener reminiscencias de El héroe tonto ante el desafío extremo (Jerry Lewis, algún Woody, etc.). En general todo funciona perfectamente y hasta hay un plus, que me pareció de lo mejor de la peli: las entrevistas a los expertos en diversas áreas científicas. La caracterización de esos personajes, sus testimonios, bien podrían estar en la galería de los grandes logros del cine. Pero debo agregar que en el conjunto se nota la influencia de un modo narrativo que parece ser inviolable en el código de las producciones magnas. Se trata de una forma que pone al protagonsita como un ejemplo de buena conducta, con su mujer, su trabajo, su moral, que por más que finalmente se transforma en un asesino sin mirar a quién queda encuadrado en el órden del deber dictado desde la dramaturgia hollywoodense. Casi se podría decir que el desarrollo cumple con un 90% de eficiencia las fórmulas que todo drama debe tener según las reglas de los mandamientos de la industria americana y que su final de ambiguo desenlace es como una luz desde donde, quizás, se puedan esperar nuevas y muy eficaces historias para ser contadas.


Y dale con "El secreto..."

Los estertores del terromoto Campanelliano no dejan de producirse. Lo cierto que un ejemplar de millones - el plural está cercano - de espectadores como el que nos ocupa se da con muy escasa frecuencia y motivos para los comentarios no faltan. Se habla del encuentro de una sintonía de la subjetividad social y los contenidos de la película. Puede ser, como también que la multiplicidad de efectos que produce, de todo signo y color, no lleguen nunca a poder expresarse por completo. Pero más allá de las razones de tamaña presencia interesa volver sobre un tópico que considero valioso.
En algún post previo había comentado sobre mi preferencia por los relatos contextualizados. Y es en este punto donde me interesa rescatar un aspecto de la peli y, quizás, agregar algo al sentido del fenómeno. Campa, para los amigos, tiene el hábito de encuadrar sus historias en un marco más amplio que el del propio relato. En "El mismo amor, la misma lluvia" recorría distintos momentos del acontecer nacional para narrar la historia de una pareja. Aun cuando en las restantes no se hacía tanto énfasis sobre la"realidad" socio-política, en cada una se filtraban referencias que hacían ineludible la ubicación del drama en un espacio temporal y geográfico concreto. En eso las pelis aparecen muy "argentinas". En el caso de "El secreto..." se avanza sobre el tema de manera evidente. Los años de una democracia débil y la antesala sangrienta del infierno que significó la presidencia de María Estela - y no durante la dictadura militar como algunos pretenden ver - revelan una intencionalidad muy clara en el afán de filtrar definiciones sobre lo que pasa en este país. Que dicha contextualización opere directamente sobre los personajes de la historia imprime un carácter más definitvo a esta forma de vincular lo individual con lo colectivo. Que el secreatario corrupto tanto como el sádico asesino sean presentados como los representantes, político y de "acción directa", de la Triple A manipulada por el Brujo y responsable de asesinatos a mansalva, cubiertos con el manto de la plena impunidad, de personas de lucidez ideológica y militantes de increíble valor, pone las cosas en un terreno peligroso. Algo así como que descorre el velo de "lo que no se habla". No recuerdo en ninguna peli del estilo, las llamadas "comerciales", que se haya tratado con tanta eficacia la directa relación entre la política y la represión, entre la impunidad y el poder político. No es un dato menor. Hay que agregar una caracterización precisa en lo que se muestra al correr la cortina de un juzgado, con sus miserias y sonrisas, o la multiplicidad de aristas en los diversos personajes secundarios para completar un panorama por demás alentador en la concepción y desarrollo de una idea totalizadora de éste, nuestro indefinible país. Ya con anterioridad expuse sobre ciertas debilidades que asoman a lo largo de las dos horas de proyección pero me parece justo marcar algunas de sus notables cualidades más allá del soberano plano secuencia que se inicia en la vista aérea de la cancha de Huracán.

Esto ya pasó, o la vida del vecino.


Esto ya pasó, de Anja Salomonowitz es un documental posible sólo porque existe la ficción. Su inversa, a la vez, sigue siendo válida: es representación apoyada literalmente en testimonios reales. Con todo, no es una película ubicada en la delgada y contemporánea línea que coquetea con las indefiniciones clasificatorias. Es una cosa y es la otra.

Áspera, se deja ver, pero molesta casi todo el tiempo por lo que nos está contando. Nos entretiene, sí, pero más que nada nos tira un baldazo frío de realidad del que no podemos escapar, a menos que seamos sordos, ciegos y mancos.

La trata de mujeres, cualquier tipo de maltrato, engaño y abuso, cualquiera sea la mujer, su profesión, su edad, su deseo de vida, es lo que la película retrata; y lo hace a través de escenarios y personajes posibles de la vida de estas mujeres, haciéndolos a ellos portadores de sus relatos, palabras documentales que cobran cuerpo y espacio por intermedio de un tercero en cuestión. Así, nos va presentando situaciones en el lugar de los hechos, cambiando la subjetividad de su lugar aparente, y poniendo en cuestión cuán activo puede llegar a ser el rol de alguien que no es el maltratado pero maltrata o permite maltratar. El uso de la primera persona es la clave del desbarajuste que termina reubicando no sólo a los personajes de la película, sino al propio espectador, que como mínimo se verá en la situación de repensar su propio rol en relación a lo que ve, sea lo que está pasando en la película o -más cerca- en la vida del vecino que transcurre silenciosa e indiferente a la vuelta de su casa.

Ubicada al margen de producciones esperables y digeribles, Esto ya pasó propone el sano ejercicio de prestar atención a algo que no es fácil de ver, pero que con prolija habilidad nos adentra en las vidas de seres que, no por no aparecer nunca en cámara, dejan de aparecer en la vida de cada uno, en la mía, en la tuya, en la nuestra, en la de cualquiera que tenga un mínimo espacio para dejarse permear y se atreva a escuchar.

Milagro Palermitano

Cómo definir la figura de un héroe mítico? Hay mucha bibliografía sobre el tema. Recomendables los libros de LAJOS EGRI sobre drama y relatos. En general el héroe viaja. Desde su invisible proclamación como tal hasta la consagración en el lugar de mayor privilegio en el cosmos. Pero para eso habrá de pasar por las más brutales exigencias, recorrer los pantanos más devoradores y reconquistar los triunfos definitvamente olvidados. Pues bien señores, el héroe mítico existe y se llama MARTIN PALERMO. Si alguien, alguna vez, se dedicara a relatar sus peripecias - algo que seguramente sucederá a corto plazo - será evidente que el Titán las atravesó todas: la Gloria, el Bochorno, la Anomia y el Resucitar. Pero en su identificación con el AVE FENIX se produjo durante una cruenta batalla entre los habitantes del Parnaso. Dioses Romanos y Deidades Nativas se preparon con mucha devoción para el encuentro Monumental. Los perversos seguidores de INTI el DIOS SOL, al ver que el Elegido, de claro aspecto latino e invasor, había finalmente entrado al campo de batalla desde el inicio del Segundo Tiempo, recurreiron a MAMA COCHA que, desde su morada en el TitiCaca, obligó a una rotura de tabique nasal que, aun no llegando a la crueldad planeada, dejó con evidentes signos de deterioro y sangre humana al recién renacido Luchador. Mareado, fuera del campo, asistido por ansiosos paramédicos, enviados por la malicosa VIRACOCHA que, según los pasquines con copyright en MACHU PICHULIN, ve en el Rubio Jugador un negativo exacto de su venerado PACHAMAC, regresa maltrecho hacia la gramilla en evidente estado de confusión. Tanta era ésta que sólo tuvo una, quizás dos dirá PARIACACA, Dios de las Tormentas, intervención con la Redonda siendo su estado schock una de las mayores ausencias en el Estadio. No fue suficiente para PARIACACA. Al minuto, nomás, instaló la mayor tormenta celeste de la que se hubiera tenido noticia en la PACHAMAMA. Y, como por arte del Brujo SUPAY, Dios de las Muertos, se instaló la Torpeza en el volátil Heinze, asistido por el Obleisco Schiavi, para dejar el camino regio a la recuperación incaica. GOOOOOL se repetían sin control COCO MAMA, la Diosa de la Felicidad y APO Dios de las Montañas. No se descarta la participación en el festejo de EL CHINO FUJIMORI junto a MARIO VARGAS LLOSA quienes, en un descuido, vaciaron el contenido del las vajillas incas nutridas de abundante pisco y sauer. El brevaje. que malicosamente había vertido HERMES el enviado de VENUS, tuvo el efecto de minimizar la omnipotente Influencia del REY SOL sobre los aguerridos luchadores INCAS. Fue el momento cuidadosamente planeado por los Dioses de la Bota Itálica, la ya mencionada VENUS, MERCURIO y demás herederos de la Gloria Helénica, que, observando desde el Olimpo la brutal caída de uno de sus elegidos del Pasado, el renacentista Diego Armando, se apiadaron de su Historia entregando una sabia conjunción de factores azarosos- tiros cruzados, rebotes aleatorios, desesperación de Insúas - en las indómitas extremidades del Rubio centroforward haciéndole un espacio que condujo a la milagrosa llegada del balón a la red.
Agregaron a semejante herejía un impulso en la mano del Árbitro Juez que depositó el Silbato en sus labios decretando el final de la Tragedia. Los Dioses Americanos pusieron el Grito en la Tierra y llamaron a sus HERMANOS CHARRUAS. Ellos habían logrado hacer la misma maniobra en las alturas de QUITO. Pero el también RUBIO FORLÄN había sido depositario de la GRACIA ORIENTAL y, con certeza, será el Verdugo de los Soberbios Blanquicelestes en el glorioso Centenario, El consejo del REINO ROMANO con sede en Palermo, Italia, fue convocado con urgencia por el mismísimo JUPITER. La Batalla Continua.

Marea de Arena II


Yo también fui a ver "Marea de Arena". Quisiera salir no en su defensa, sino en la búsqueda de otra lectura, lo cual tal vez enriquezca sus posibles miradas.

Debo decir que la película me fue entrando por goteo, de a poco, y pasada la mitad el interés que me había producido fue tal, que inclusive lograría extenderse más allá de las puertas del cine, dejándome pensativa sobre el tema que trata. No es poco. Este tema, en realidad, no es tan fácil de ser definido. Puede ser uno, pero probablemente puedan ser muchos. Yo agarré derecho por la existencia y posibles contradicciones de su personaje principal. No sólo la convicción de la actuación protagonista, sino también algo del espíritu íntimo del guión, me fueron llevando a la reflexión de cómo pueden convivir en una persona un asesino sentimental y un buen padre, tan lleno de amor e impotencia a la vez. El sólo hecho de que me haya resultado verosímil ese punto, le da a la película un mérito que amortigua sus deficiencias de realización, que tal vez no sean menores, pero que no alcanzan para empañar no sólo las buenas intenciones de un relato, sino tal vez una posición filosófica frente al mundo.

Debo decir sí que hay un punto en el que habría festejado que el guión se resolviera -literalmente- de otra manera. Justamente este punto de vista existencial y filosófico al que la película me traslada, me llevo a desear que, en vez de un descubrimiento de la verdad y un consecuente acto de venganza (inconsciente o no), los protagonistas hubieran podido terminar su vida, si bien no felices y contentos, al menos rearmándola más amorosamente, acorde a los deseos de su personaje principal. Este deseo personal surge de la íntima convicción de que en la vida la verdad muchas veces nunca salta, que convivimos con secretos y miserias en silencio, y a veces ese entretejido de confusiones y malos entendidos es lo que hace que encontremos algún respiro momentáneo de felicidad. En la película, el descubrimiento del hecho tuerce esta posibilidad narrativa, y conduce a la historia por otro sendero, desembocándola en un plano final que de todos modos está lleno de silencio y poesía. Otro final posible de la misma historia. Quién sabe, en la próxima será.

Poco tengo para decir de -o contradecir a- la opinión de de Cheme, la reconozco enteramente y no desdigo sus observaciones, sólo que por esas razones individuales y misteriosas, esta vuelta me situé en la otra punta del cine, vibrando otros armónicos posibles de un relato que busca la manera de ser contado, y que, con logros mayores o menores, no deja de conmocionar llegando a la ineludible cuestión de reconocernos como impotentemente monstruosos y amorosos a la vez.


Gustavo y Pedro

En orden cronológico desfilaron por la retina dos pelis. Marea de Arena del amigo Gus Pagés y Los abrazos Rotos del inefable Alomodóvar. Vayamos por partes. Reconozco que no es fácil ver la película de un hermano con quien compartimos momentos entrañables durante décadas. Mucho más en este caso donde la frecuencia sensible respecto de los 24 cuadros por segundo no sintoniza en la misma onda. Es cierto que causa emoción que un delirante y luchador como Gus logre materializar un proyecto cualquiera sea su envergadura. Hoy, que como objetivo me parece un esfuerzo titánico, valoro mucho que desde la intución de una idea se llegue a un puerto tan complejo como el 35mm impreso. Salvada la condición fraterna debo reconocer que no pude "entrar" en el relato. Hablé con Gus sobre el tema y el acordó, aunque también tuvo palabras que limpiaron el panorama. Quizás, la falta de antecedentes en el conflicto central - momentos de plena felicidad que podrían marcar el polo opuesto del vínculo amoroso - pudieron haber actuado como amortiguadores en mi viaje por la película. Me enteré que hizo toda una serie de rondas de construcción del guión con cineastas y guionistas y que alguno cercano, Martín, le manifestó su envidia por haber logrado un resultado como ese. Otra cosa interesante en el planteo que Gus es que muchas veces se le atribuye al guión problemas que son más de la realización que otra cosa. Coincido. Durante el rodaje es por demás complicado conservar la integridad de la obra ya que se está funcionando al detalle de cada plano. Claro que en el montaje eso se equilibra pero lo que no está, no está. O lo que está no satisface al director o... Personalmente tengo mis reservas de las obras no contenidas en un contexto mayor, aisladas. Me refiero a los temas de realización personal, que muchas veces, no tanto en este caso, no disimula un exceso autorreferencial. Hay algo, en este tipo de planteos - un hombre o una mujer cambia su contexto, se aleja, normalmente busca el mar, para encontrar algo que seguramente lo devolverá a un estadio más, cómo decirlo, existencial que la rutina, normalmente urbana, le impide conocer. Quizás. Pero los ejemplos de tales planteos no terminan de convercerme por más que ardientes pasiones o inspirados textos se sucedan. Me pareció un muy buen trabajo de DK en el protagónico. Hay una cautela en su composición que potencia la intensidad del personaje. Tuve que esforzarme en algunos clichés del verosimil (danzas orientales, joven científico, viejo lobo de mar). En fin. Algo para compartir en un estadio que no se pretende objetivo sino teñido del amoroso historial con un querido hermano por convicción.


En cuanto a Almodóvar escuché frecuentes quejas sobre su insistencia en el melodrama y las repeticiones en sus pelis. Es cierto. Lo que me pasó es que acepté el juego no sin cierta resistencia. Esa cosa donde l´amour fou es el motor fundante - no aparece demasiado en serio en un director de cine inventado por Pedro - de las acciones humanos me suena un poco demodée. Pero las imágenes, los puntos de vista, la convicción que parece respirar cada uno de los planos, así como cierta triste melancolía respecto de sí mismo, hace de ésta una peli amable y hasta graciosa. El brillo mayor está en la presencia de la Penélope. Cada fotograma que la muestra hace temblar la pantalla. Demás está decir que los momentos homenaje a "Mujeres al borde..." son para gozarlos como en las viejas épocas. Otra cosa: la frase final quedará registrada como una de las mejores boutardes del cine contemporáneo. Eso creo, bah.

District 9 y la gran metáfora


La semana pasada improvisamos una salida al cine con dos amigos urgidos por ver el trailer en la televisión. Yo venía con ganas de verla hacía rato, pero hacía falta un empujoncito para que se decidieran a acompañarme, así que ese trailer televisado vino como anillo al dedo.

Sector 9 (esta vez tradujeron bien el título!) arranca como un falso documental basado en imágenes de archivo y entrevistas a especialistas de diferentes disciplinas que nos cuentan la historia hasta el momento. Hace 20 años una nave nodriza extraterrestre quedó suspendida sobre, no Washington ni Manhattan, sino Johanessburgo, la capital de Sudáfrica. El gobierno de aquel entonces mandó una exploración a la misma, y encontró a los tripulantes desnutridos y hacinados en su interior. Deciden entonces trasladar a los aliens a una zona de emergencia para atenderlos, zona que con los años pasaría a ser un asentamiento como cualquier otro del tercer mundo, con la particularidad de que sus habitantes son de otro planeta.

La primera idea que salta es la metáfora evidente. La película está inspirada en la infancia del director Neil Blomkamp, vivida durante los últimos años del appertheid (el ingreso de humanos al sector 9 está prohibido, la discriminación a los aliens instalada, etc). Sin embargo, mi asociación directa no fue con el proceso que vivió Sudáfrica en esas épocas, sino con mi realidad latinoamericana cotidiana. Algo parecido pasó con Slumdog Millionaire y Cidade de Deus: películas tercermundistas que alcanzan el mainstream mostrando su cruda realidad de villas miseria y favelas, realidad que a los norteamericanos les suena stranger than fiction. De hecho, Sector 9 fue filmada en un asentamiento de Johanesburgo, cuyos habitantes estaban siendo trasladados a uno nuevo mientras tanto.

Es difícil encasillarla en un sólo género. Ciencia ficción sería lo más apropiado, pero se queda chico. La película excede los límites, porque si bien tiene escenas de mucha acción (y soberbiamente animada en CGI), no es lo importante. Obviamente, todos queríamos ver a Wikus van De Merwe (Sharlto Copley) subido a un mecha alienígena y haciendo cagar fuego a los malditosmilitareshijosdeputa, y la película sastisface en ese aspecto. Mención especial merece el señor Sharlto Copley, cuyo personaje tiene toda la pinta de ser el pobre boludo que a los diez minutos un alien va a arrancarle la espina dorsal, y termina bancándosela contra todo humano y extraterrestre que se le ponga adelante. Cabe destacar también que se trata de la opera prima del director Neill Blomkamp. Cuentan los rumores que cuando Peter Jackson (productor) vio lo que este señor era capaz de hacer con la animación CGI, le regaló 30 millones de dólares para hacer la película que quisiera. Y así nació Sector 9.

En síntesis: se trata de una película muy recomendable, que deja pensando y a la vez se disfruta en su transcurso. Siempre me pone contenta cuando le va bien a una película que se lo merece, así que Sector 9 no me ha traído sino alegrías.

Lo que no puedo dejar de preguntarme es... ¿dejarán asistir a los aliens a los partidos del Mundial 2010?